miércoles, 26 de agosto de 2009

Mis cojones poesía

Cuando caiga la noche,

cuando caiga la noche,
y las estrellas sonrían,
con fuerza de victoria
que escasa es la gloria,
mientras dura,
y cada caricia es una partitura,
las ansias de volar a estas alturas,
donde los ángeles tejen la seda

del único Dios que nos alumbra.
Y cae la noche y

la Diosa de porcelana,
nos acoge con su dulce destello

y alma pagana,
y la guadaña, al cuello
nadie es dueño,

de su última mañana
que yo le presto mis palabras,

un laurel y el testamento,
una rosa y un clavel al viento,
y le alzo mi sentimiento,
al arlequín que consume mi tiempo,
que me atormenta cuando a mí mismo me miento,
intento en serio intento,
pero aroma en el desierto,
es una dulce sintonía que me encanta,
la cobra se planta,
hachis,

a carta en esta tierra de felinos,
donde se aprecia mas al necio que al beduino,
cuando caiga la noche y el papel albal envuelva mi destino,
y lo alce al cierzo,
lo alce al cierzo con la fuerza que retuerce el pergamino,
que me ahoga las palabras en la soga me tiene a pan y vino,
entre martillo y toga,

me ha condenado,
ahora que por fin estaba equilibrado,
pero no hay poeta disgustado,
con la vida como excusa
me he enamorado de su musa,
y de su salvador
dame, dame tu calor y calma las olas,
que luna sabe a miel, la noche de bodas,
que agua y fuego se marcharon juntos,
hacia el horizonte infinito,
hacia el monte donde no es delito,
susurrarle al aire cariñito,
las historias de un Don nadie,
y a ti te encontré en la calle donde habito,
yo y mi corazoncito esta en tu valle,

detalle de tu lobito,
que aúlla desesperadamente hacia el rocío,
bebe agua del rió,
criptonita, desvarío,
que un pez en el balneario,
es como un niño de barrio en el campo,
pero un niño de campo esta en el barrio,
falto de espacio

sin jardín y sin palacio,
vacío, con sacrificio de epitafio,
que yo vivo en mi torre de marfil
que soy un clásico, le vi el perfil al pánico
de alfil al frenopático,
que solo locos y dioses,
conocen el secreto

de sacar la alegría de la agonía,
renazco de la época,

donde no pasa el tiempo
y un perro callejero come lo que toca,
como mariposa baila flores,
yo narro a la musa de mis amores,
historias de un don nadie y sus de amores, ay!
¿que hay Maria Dolores?,
me tienes pillado por los cojones,
estoy perdiendo el norte de mi rosa de los vientos,
muriéndome por dentro,
que antes de volver al infierno me tiro al puerto,
con el corazón lleno de espinas y el tercer ojito tuerto,
no se si amo la angustia,
no se esta ironía fucsia,
esta odisea,
esta galaxia,
esta industria de eutanasia que me asfixia,
esta poesía esta caricia que me hiere el ansia de esta infancia,
esta vida rancia desperdicia mi elegancia, y mi eficacia,
esta acacia sin espina y sin frutos
es que me hace gracia el mundo,

estos segundos de luto y de carencia,
de este algo que quizás sea todo,
quizás sea nada,
quizás sea apodo,

historia marcada,
quizás sea el espacio del camino largo,

entre infierno y paraíso,
quizás sea el espacio entre tus labios y los míos,
en una noche de incienso,
y yo propenso a morir por lo que pienso
porque me comen los demonios,
mala hierba nunca muere pero queda sin testimonios,
donde habitan las virtudes que me entierran,
que las estoy buscando mientras ellas buscan guerra,
tirando mi barrera,
y echándoles a la sangre de mi herida permanente,
me muero, me muero, me muero, me muero

y no valiente, que me muero,
estoy muriendo podrido,
dolor dolor de haber vivido,
dolor dolor mi favorito, mal nacido
estoy buscando el verso que me ayude a salir del olvido,
y la noche cae sin mayor motivo,
que el de apilar las estrellas

y decirle adiós al sol nacido.

Tu cuerpo si que es poesía,
yo soy el poeta que narra tu circunstancia
desciéndeme

inútil es luchar contra las olas
muero por palabras,

diciéndolas,
al diablo le excita el lenguaje,
yo le pongo al maquillaje,
y casi en bolas seduce,
palabra vio al desnudo mientras el diablo sufre,
por este azufre,
poesía al desnudo, luce su cuerpo dulce
puzzle, de soufle con el que se me conoce,
pero el Diablo no es diabético,
el Edén ya ni siquiera es el auténtico,
y la noche cae por encima del esférico, y,
palabra se las lleva el viento,
pero no el sentimiento y cae la noche,
cae la noche,

cual olvido de las hadas por los niños mientras

el sol bosteza,


Y cae la noche.




Rap'sioux.





Sí, lo sé. Hasta a mi me a costado limpiar las telarañas. Pero los veranos los dedico a mis compadres, y en mi soledad (a veces compartida) he leido lo justo y he visto más que escrito. Todo se reduce a un montón de garabatos que de día desaparecían, pero de noche cuando me acostaba volvían a aparecer. Que guay. En fin, saludos a todos aquellos que no he visto y que no he tenido mucho contacto.


Me cago en la leche, si las olas vuelven y vuelven, yo también.


Cojones.


Poesía.